Sigamos (Da série Sagrados e Consagrados)
Altazor - Fragmento do Canto I
(...)
Sigamos cultivando en el cerebro las tierras del error
Sigamos cultivando las tierras veraces en el pecho
Sigamos
Siempre igual como ayer mañana y luego y después
No
No puede ser. Cambiemos nuestra suerte
Quememos nuestra carne en los ojos del alba
Bebamos la tímida lucidez de la muerte
La lucidez polar de la muerte.
Canta el caos al caos que tiene pecho de hombre
Llora de eco en eco por todo el universo
Rodando com sus mitos entre alucinaciones
Angustia de vacío em alta fiebre
Amarga conciencia del vano sacrificio
De la experiencia inútil del fracasso celeste
Del ensayo perdido
Y aún después que el hombre haya desaparecido
Que hasta su recuerdo se queme en la hoguera del tiempo
Quedara un gusto a dolor en la atmósfera terrestre
Tantos siglos respirada por miserables pechos plañideros
Quedará en el espacio la sombra siniestra
De una lágrima inmensa
Y una voz perdida aullando desolada
Nada nada nada
No
No puede ser
Consumamos el placer
Agotemos la vida en la vida
Muera la muerte infiltrada de rapsodias langurosas
Infiltrada de pianos tenues y banderas cambiantes como crisálidas
Las rocas de la muerte se quejan al borde del mundo
El viento arrasta sus florescencias amargas
Y el desconsuelo de las primaveras que no pueden nacer.
Todas son trampas
trampas del espíritu
Transfusiones eléctricas de sueño y realidad
Oscuras lucideces de esta larga desesperación
petrificada en soledad
Vivir vivir en las tinieblas
Entre cadenas de de anhelos tiránicos collares gemidos
Y un eterno viajar en los adentros de sí mismo.
Con dolor de límites constantes y vergüenza de ángel estropeado
Burla de un dios nocturno.
Rodar rodar rotas las antenas em medio del espacio
Entre mares alados y auroras estancadas.
(...)
Vicente Huidobro
(...)
Sigamos cultivando en el cerebro las tierras del error
Sigamos cultivando las tierras veraces en el pecho
Sigamos
Siempre igual como ayer mañana y luego y después
No
No puede ser. Cambiemos nuestra suerte
Quememos nuestra carne en los ojos del alba
Bebamos la tímida lucidez de la muerte
La lucidez polar de la muerte.
Canta el caos al caos que tiene pecho de hombre
Llora de eco en eco por todo el universo
Rodando com sus mitos entre alucinaciones
Angustia de vacío em alta fiebre
Amarga conciencia del vano sacrificio
De la experiencia inútil del fracasso celeste
Del ensayo perdido
Y aún después que el hombre haya desaparecido
Que hasta su recuerdo se queme en la hoguera del tiempo
Quedara un gusto a dolor en la atmósfera terrestre
Tantos siglos respirada por miserables pechos plañideros
Quedará en el espacio la sombra siniestra
De una lágrima inmensa
Y una voz perdida aullando desolada
Nada nada nada
No
No puede ser
Consumamos el placer
Agotemos la vida en la vida
Muera la muerte infiltrada de rapsodias langurosas
Infiltrada de pianos tenues y banderas cambiantes como crisálidas
Las rocas de la muerte se quejan al borde del mundo
El viento arrasta sus florescencias amargas
Y el desconsuelo de las primaveras que no pueden nacer.
Todas son trampas
trampas del espíritu
Transfusiones eléctricas de sueño y realidad
Oscuras lucideces de esta larga desesperación
petrificada en soledad
Vivir vivir en las tinieblas
Entre cadenas de de anhelos tiránicos collares gemidos
Y un eterno viajar en los adentros de sí mismo.
Con dolor de límites constantes y vergüenza de ángel estropeado
Burla de un dios nocturno.
Rodar rodar rotas las antenas em medio del espacio
Entre mares alados y auroras estancadas.
(...)
Vicente Huidobro
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